Capítulo 150 —La hija del Diablo
Narrador:
El club estaba vacío a esa hora, con las persianas bajas y apenas un par de luces encendidas. Era otro de los negocios que el Italiano tenia. Renzo había ordenado que nadie más se acercara. Quería a Marco frente a frente, sin testigos, sin oídos. Sofía estaba con él, en silencio, observando cómo apretaba el móvil en la mano como si quisiera partirlo.
Marco apareció puntual, empujando la puerta pesada. Llevaba el paso firme de siempre, pero había algo en sus ojos que ya no era lo mismo. Renzo lo supo al instante.
—Marco —lo saludó con un gesto seco, sentado en una mesa al fondo.
—Renzo.
Se estrecharon la mano, un apretón fuerte, demasiado fuerte para ser sólo cortesía. Marco se dejó caer en la silla de enfrente y los dos se miraron en silencio unos segundos.
—Llegaste justo a tiempo —dijo Renzo, quebrando el aire espeso —No me gustan los retrasos.
—Me dijiste 24 horas, y aquí estoy —contestó Marco, desafiante pero sin perder la compostura.
Renz