Edur apretó con mayor fuerza el trasero de Alana que estaba tan rojo como su cabello, y en el momento que la loba abrió su boca para quejarse, Edur ingreso su lengua, al tiempo que elevaba de las nalgas a la joven, quien sin perder tiempo llevo sus brazos alrededor del cuello de su Alpha, y las piernas alrededor de su cadera, provocando que su vagina húmeda, rozara el pene duro y venoso de Edur.
— Alana. — la llamo el Alpha, al tiempo que jalaba su cabello, sin dañarla, pero si obligando a que la loba elevara su rostro y lo mirara, pues, aunque Edur la había elevado, aun había una gran diferencia entre ellos. — Mírame mi luna, quiero que me veas mientras te hago mía. — Alana trato de obedecer a Edur, pero no pudo, las nalgadas le habían dejado el trasero sensible, y la follada de la noche anterior con Otto había dejado su vagina pidiendo un descanso, por lo que cuando Edur la dejo caer poco a poco sobre su falo, Alana cerro los ojos.
— Edur. — lo llamo en medio de un quejido, mitad pl