Defectos y virtudes.
Harold y Zoe llegaron a la aldea de cazadores después de viajar a través del bosque. La aldea estaba rodeada por altas paredes de madera y custodiada por cazadores armados.
— ¡Alto ahí!, ¿qué hacen aquí? —preguntó el cazador mientras apretaba su arco con firmeza.
— Buscamos la ayuda de la aldea para mi amiga, que está en peligro —respondió Harold, tratando de mantener la calma y pidiendo internamente que el hombre no dijera algo que lo dejara mal delante de Zoe.
El cazador se acercó a Harold y puso su mano en su pecho. Harold se tensó al sentir el contacto, pero no intentó apartarlo.
— ¿Qué buscas aquí, Harold? Ya no eres bienvenido en esta aldea.
Zoe tiró del brazo de Harold porque no entendía nada y él le agarró la mano mientras que el cazador continuaba diciendo:
— Nos decepcionaste al perder al e…—decía el cazador con desprecio cuando Harold lo interrumpió para que no siguiera hablando.
—Lo sé, — aceptó con cabeza gacha para mostrarse arrepentido, —pero necesito hablar con el jefe