Mundo ficciónIniciar sesiónCapítulo 36: Un nuevo ritmo (y viejos ecos)
Desde que el bebé llegó, el reloj se volvió irrelevante. El tiempo ya no se medía en minutos ni en horas, sino en tomas cada tres, en pañales cambiados con urgencia, en llantos que iban de un simple quejido a una sinfonía desesperada. Alejandra y Matías habían dejado de preguntarse qué día era. Ahora lo importante era si el bebé había comido, si dormía tranquilo, si ese ruidito nuevo era normal o debía alarmarlos.
Alejandra llevaba días con la misma camiseta, manchada de leche, y el cabello recogido en un moño que había empezado siendo provisional y terminó instalado como parte de su estética maternal. Matías, por su parte, había aprendido a cambiar pañales con la precisión de un cirujano en plena operación de alto riesgo. Se agachaba, respiraba hondo, y se concentraba como si la vida del bebé dependiera de esa toallit







