"Cuidado con el regalo de los griegos", le había dicho su jefa cuando la invitaron a una cita a ciegas, para ese momento Felicia era una chica virgen en toda la dimensión de la palabra y a punto de cumplir 30 años. Lo que no imaginó Felicia es que en esa cita encontraría al hombre que siempre esperó en su vida; sin embargo, Víctor, un apuesto y exitoso abogado, solo quiere usarla para reconquistar a su exnovia. Felicia entrará en un cruel juego en donde sus expectativas de amor ideal se verán frustradas, ella lo dará todo hasta su virginidad y pureza al cruel Víctor con el afán de conquistar su corazón ¿podrá conmoverlo ese gesto? ¿Habrá consecuencias de esos momentos? Descúbralo en… Y llegaron los 30.
Leer más… Y llegaron los 30
“Era la noche de fin de año-lo recordaría bien para toda la vida- porque fue en esa noche en que nació mi inquietud...”.
Noche de fin de añoHabía euforia en el ambiente como en toda noche trascendental, era un cambio de año y siempre se reunían en esos momentos muchas emociones; podía ver como se ultimaban detalles para la celebración en las calles de New York, los locales estaban de fiesta con novedosas promociones para recibir el año; en las calles las personas usaban ropas llenas de brillos, adornos locos en las cabezas; muchos de ellos caminaban a reunirse en el Times Square, para participar del evento del lanzamiento de los fuegos artificiales. Otros iban hacia Central Park para tener un buen sitio de visualización y recibir el año como se merece: con un conteo que helaba la sangre de emoción y después todos fundiéndose en gritos, abrazos y besos con desconocidos.
La noche de fin de año, para la familia Serrano, venía matizada con elementos cabalísticos que la convertían en un ritual para atraer cosas buenas... Como muchos seres humanos lo habían hecho desde tiempos inmemoriales, ya había probado un poco de cada cosa para atraer a la tan esquiva “Suerte”; es así, que habían desfilado por su vida toda clase de cábalas como los exóticos baños con innumerables hiervas; esencias de nombres variados y hasta insólitos; las prendas de colores también formaron parte de su ajuar, como imanes de lo bueno y encendió velas mágicas e inciensos misteriosos. Tiró monedas y billetes para “atraer” mucho dinero en el futuro; se atragantó con las doce uvas. Evitó vestirse de rojo, blanco o colores evidentes que dieran a entender que buscaba hombre desesperadamente.
Otra tradición especial, que ahora añoraba, era literalmente ver las calles arder con los sin números de monigotes que se hacían como señal de quemar lo malo que el año que se iba había dejado; un amigo decía que era hacer una ofrenda al nuevo año. Todos esos rituales estaban cargados de nostalgia y excitación… ella extrañaba aquello a rabiar.Felicia Serrano estaba sentada en el borde de su cama, esperando que llegue el ansiado cambio de año, nada la motivaba... este sería otro año igual, sin ninguna emoción que lo diferenciase.
Les contaré un poco de su vida: Había emigrado junto a su madre, de Guayaquil-Ecuador y se radicaron en la ciudad de New York desde hacía 15 años; vivía en un hermoso departamento, una vida tranquila y solas.
-Felicia hija, ¿estás lista?
La voz de su madre la sacó de su zona de lástima.
-No, no voy a salir.
- Pero es tradición ir a Central Park y ver los fuegos artificiales.
Una tradición que se habían impuesto las dos como terapia para adaptarse al cambio de vida, entonces solo dijo:
- Podemos verlos por la televisión.
Su madre se asomó y la vio desmotivada:
- Hija… ¿Qué pasa?
- Me siento vieja.
Felicia era una joven de 29 años, soltera y virgen y eso comenzaba a inquietarla, nada bueno pasaba en su vida: ni un romance, ni emoción, nada más una penosa insatisfacción. Tenía una amiga en Ecuador que estaba de novia de siete años con el mismo sujeto y no salía de ser la novia eterna; sin embargo, había alguien en su vida y eso era mejor que nada.
Se cambió y usó un vestido negro, su madre al verla se asustó:
- ¿Negro para recibir el año?
Olvidaba decir que su familia tenía ciertas tradiciones y una de ellas era no usar los colores prohibidos ¿Ignoraban que existían colores prohibidos? Pues los había para la familia Serrano y se los voy a enumerar: Una adolescente debía evitar vestirse de fucsia, lila o morado, según la vieja creencia la joven que se vestía de estos colores ¡JAMÁS! Se casaba. Benditas tradiciones de su pueblo.
El rojo fue otro color vetado en su familia; ya que la joven que lo utilizase denotaba deseo de tener sexo o poseía mucha desvergüenza en la cara. El negro solo en duelo y para fin de año emplearlo era pecado, pues traía mala suerte durante el año y duelo familiar; el blanco era exclusivo para las que querían casarse pronto.Cuando su madre la vio exclamó:
- ¡Negro! No hija, ese vestido no-conocía ese tono de voz.
Su madre como toda buena madre expuso su punto de vista y comentó:
Ese vestido no me gusta, te ves fúnebre. Creo que debes cambiarte.
¿Han notado la sutileza de algunas personas para disfrazar una orden? Parecen “sugerir” ordenándote algo. Le tocaba refutar su argumento:- Lo siento... Me costó decidirme y no pienso pasar por esto de nuevo.Recibió la notificación de una videollamada de Talía, su mejor amiga en Ecuador y estaba vestida de blanco, parecía una novia en espera de un novio que la sacara de apuros...
- Hola Felicia...
Conocía a Talía de toda la vida, eran contemporáneas en edad y se comprendían bastante bien, la saludó:
- ¿Sigues la tradición del blanco?
- Dicen que si me visto de blanco me casaré...
- ¿Con Jorge?
- Con quien sea...-sonrió con nostalgia y añadió- Creo que se acabó Felicia, lo mío con Jorge se acabó.
El mentado Jorge era un buen tipo cuyo mayor mal era tenerle miedo al compromiso:
- Lo siento tanto amiga...
- Considero que deberé darle la razón a mi familia, Jorge es un indeciso.
Era justo preguntar:
- ¿Lo amas todavía?
-Con toda el alma...-y al decirlo hacía todo lo posible para restañar las lágrimas, y esto lejos de restarle fuerza a su voz pareció darle impulso- Jorge me ha enseñado a vivir muchas cosas: el amor, la pasión y el deseo, nadie lo sabe; pero, me entregué a él.
Era una confesión bastante íntima y no sabía qué decir en esos casos, de hecho porque ignoraba lo que era estar en esos casos. Talía continuó:
- No me avergüenza decirlo, lo hice por amor-parecía que añoraba ese momento sus ojos brillaban-Estoy segura de que él es el indicado.
- Sin embargo...
- Todo sigue igual.
La compadeció, ser novia de un sujeto por siete años te puede dar una perspectiva conformista de la relación y amar a un indeciso una frustración mayor; entonces, ella acalló sus reflexiones:
- Hablemos claro, Felicia- se tomó un tiempo para pensar las cosas y reflexiva añadió- Yo no soy una niña, tengo 29 años y el tiempo no perdona...
Había comenzado a inquietarla...
- Hay cosas que no deben pasar desapercibidas en una mujer. Yo me entregué por amor; no obstante, también necesitaba sentirme mujer-y añadió a un más- Ya una caricia no bastaba y los besos te excitan ¿entiendes?
Pero claro; por supuesto, ella solo tenía una buena imaginación:
- Sigue...-dijo intentando dar a su gesto una seguridad de que comprendía; aunque, no entendía nada.
Talía siguió dándole en la cara:
Entonces, ahora que voy a cumplir los treinta y conociendo de placer y sexo; pero, sobre todo de amor creo que puedo afrontarlo...
Estaba impactada por cada palabra y el suspenso la dominaba:
-¿Afrontar qué?
-Un matrimonio, Felicia, puedo afrontar un compromiso con seguridad y además no quiero llegar a los 31, sola.
Para ese instante podía sentir el golpe de sus palabras como una pala sobre el rostro. Talía tenía su misma edad; sin embargo, había experimentado mucho más; sabía de relaciones sexuales, de lo que es tener un noviazgo largo y muchas otras vivencias que a ella ni se le pasaban por la cabeza... Porque Felicia era una virgen de 29 años en toda la dimensión de la palabra, o sea de cuerpo, labios y de todo... Talía volvió a hablar.-Quiero tener mi hogar, hijos... Ya me cansé de estar con mis padres, de no tener el timón ¿Qué piensas tú?
Buena pregunta ¿qué opinaba ella?
Carraspeó y dijo lo primero que se le ocurrió en tono solemne:- Una mujer debe hacer lo correcto...
Talía sintió un alivio enorme, por fin alguien la entendía y dijo con total seguridad:
- Eso es lo que digo, soy una mujer y no por el hecho de haberme acostado con un hombre, sino porque en estos años he crecido mucho como persona; las experiencias te hacen crecer y voy a hacer mi último intento con mi traste de siete años.
Solo pudo desearle suerte, cerraron la video y solo pudo pensar: “Allá está una mujer y aquí queda un extraño prospecto de mujer”.Su madre puso el conteo de fin de año en la televisión, no tenía deseos de participar de esas emociones, en su país las calles ardían y con ellas su corazón; afuera todos se felicitaban deseándose prosperidad, estaba desanimada y eso solo sería el principio.
Después de dos semanas de inaugurado el año h**o una noticia sobresaliente: Talía se casaba en dos meses y mostraba a todos el hermoso anillo que Jorge le había puesto en el dedo, las fotos en redes sociales viralizaron el momento; parecía rejuvenecida de la felicidad que despedía en cada poro de su piel... Felicia sonrió emocionada y le dio likes a todas las fotos.
Quiero despedirme diciéndoles que Víctor y Felicia fueron felices, como corresponde porque aprendieron a vivir, sentir, amar, perdonar y a sufrir con dignidad, porque la vida no está exenta de esos golpes duros ni de decepciones; sin embargo, con amor y con una buena fe cimentada todo se puede sobrellevar. Eso lo aprendieron en su caminar como esposos y padres, lejos quedaron los malos recuerdos, el engaño, la malicia y la decepción y sobre todo el recuerdo de aquella mujer que tanto daño le hizo a Víctor y de cierta manera a ella. Ahora todo era un recuerdo que le sacaba sonrisas a Felicia y una anécdota para contarle a sus hijos cuando crezcan. Fin Fabiola Villalta La Pluma
Se quedó en silencio y pude oír su respiración que era alterada y le dijo:No quiero hablar contigo por hoy, es más ni hoy ni mañana, limítate a tu rol de padre y déjame afuera de esto-intenté irse y él le hizo un candado con sus brazos-Déjame ir Víctor.Así de alterada no... escúchame tú a mí por favor-dijo serenamente- Me expresé mal, jamás sentí que la exhibías, fue una estupidez de mi parte decirlo de esa forma…Me haces daño, siempre lo haces-lloraba de la rabia.Dame una oportunidad mujer, soy nuevo en el rol de padre, temo por Vity, no quiero que ella se vuelva una Rachel más...Ese nombre le dolía en sus labios y le susurró al oído:Quiero a mi hija lejos de frivolidades de modelitos absurdas...Esto es solo una e
En cambio, Eugenia no se conmovía con facilidad y le dijo a su hijo:Así es tonto, la hiciste buena-y añadió todavía más- Hijo mío eres papá de una preciosa nena.La empleada llegó con un vaso de agua y se lo entregó al joven, Víctor le temblaba la mano y les dijo:¡Dios mío! Siento que me desmayo.Solo eso me faltaba, además de inútil aguado...-dijo Eugenia y añadió- Yo de ti hijo mío iría corriendo a ver a mi nieta, tu hija...¿Hija? ¿Tengo una hija?-estaba en las nubes.Explícale tú Oswal, porque yo le doy una zurra buena si le vuelvo hablar.Su hermano le explicó pacientemente los hechos, el dolor de la joven y sus reservas para decirle a Víctor las cosas, este se levantó inmediatamente y les
¡¡Qué!!-se levantó sobresaltada. Sí y la vi hoy y también a la nena... ¿Nena? ¿Es una hija?-buscó sentarse pues la emoción era grande- ¿Víctor tiene una hija? Sí y es igual a él y... Y, y... ¿Y qué?-gritó desesperada. Rachel abría la cartera. Eugenia estaba desconcertada y le preguntó: Estás bromeando ¿Verdad? Debe conocerla...-extendió el recorte- Es ella... Eugenia recibió el recorte y cuando lo vio cayó sentada en el mueble, su corazón se le estrujó hasta hacerla llorar de la emoción, pues veía la imagen sonriente de Vity, la niña que la había enternecido al punto de obsesionarla. Rachel le dijo: Se llama Victoria... ¿Victoria?.-la miró y toda emoción murmuró- Mi Vity adorada, mi nietecita adorada, lo sabía, lo sabía... Abrazaba a su pecho el recorte y Rachel le dijo: Víctor lo igno
Le contaba a Julia lo pasado y se veía fatal, afectada en demasía y ella dio su opinión:Felicia, mira cuánto te afecto verlo de nuevo, estás hecha pedazos.Quiere ser mi amigo…-no daba crédito.¿Y cuándo sepa de Vity?No pienso decirle de Vity nunca, prefiero irme del país de nuevo, a mi tierra natal…-entonces preguntó indignada-¿qué pasó con su gran amor Rachel?Ella sale con un jugador latino que está en un equipo europeo.¿Y qué culpa tengo yo de aquello?Ninguna, lo de ellos no funcionó y ahora está solo, puede ser la oportunidad que necesitas…Cerró sus ojos y supuso que la quería usar como una terapia para superar su golpe con la estúpida modelo.Una ideaPor una vez quería ser
Víctor tenía un problema con una clienta que deseaba quitarle su hijo a su esposo:Quiero que el niño se quede conmigo, sáquele todo lo que más pueda.Él tendrá derecho…A nada, no quiero que vuelva a ver a mi hijo, ese será su castigo por su engaño.Eso lo deberá decidir el juez.Usted es mi abogado, quiero una jugosa pensión y la mitad de sus bienes, sus autos…Enumeró todo, solo agradecía que no fuera el pobre tipo, para darse fuerzas, solía mirar a la revista, esos ojos le llegaban al alma y sonreía emocionado. Entonces pensó en Felicia ¿qué sería de ella? ¿Lo habría perdonado? Nunca lo supo; sin embargo, hubiera dado todo un mundo por volverla a ver.David entró en ese momento con unos papeles:Amigo, que frío
Último capítulo