Máximo.
Sin querer me asomé por la ventana, y lo que mis ojos vieron a simple vista fue que el mocoso malcriado estaba acorralando a mi chiquita. La adrenalina empezó a bombear y esparcirse por todo mi cuerpo. Sin pensarlo dos veces doy media vuelta y salgo de la habitación como alma que me lleva el diablo. Esa misma habitación que está marcada de puro amor entre Liliam y yo.
No permitiré que ningún hijo de puta toque y menos le grite a la persona que me ha dado un giro radical. Desde hoy en adelante Liliam será para mí, y mientras me tenga a mí no dudaré ni un segundo en protegerla, y si eso incluye a su familia... ¡Ni modo! Enfrentaré a quien sea para tenerla a salvo.
Bajo las escaleras a toda prisa, llegando a unos cuantos metros del lugar