Capítulo 92. ¿El gemelo de Giovanni?
Catalina se dejó arrastrar por su marido, sintiendo la urgencia en su paso. Atravesaron varios pasillos, con la alfombra mullida silenciando sus pisadas, pasando junto a cuadros antiguos y jarrones imponentes.
Finalmente, llegaron a una habitación mucho más pequeña que la imponente biblioteca, pero que compartía su esencia: estantes repletos de libros que cubrían las paredes de suelo a techo, un escritorio de madera oscura y el aroma inconfundible a papel viejo y cuero.
Era un espacio más íntimo, un refugio para conversaciones discretas, ideal para la tormenta que Francesco claramente llevaba dentro.
—¿Cariño? —preguntó Catalina, con la voz suave, intentando romper el pesado silencio que se había instalado entre ellos en la pequeña habitación.
—Ese hombre no es Giovanni —dijo Francesco con una seguridad que helaba la sangre, su voz baja, casi un murmullo cargado de convicción.
—¿Qué? —Catalina apenas pudo articular la palabra, su mente luchando por comprender el significado de esas af