El beso con Samantha en el establo visitaba mis recuerdos a cada instante, pero también eran borrados por la presencia y la cachetada de Alicia. Cuando volvimos al apartamento discutimos muy fuerte, de nuevo intentó amenazarme con quitarse la vida, pero afortunadamente solo eran palabras vacías y sin ningún sentido.
En cuanto a Eros, su petición era ser dueño de la granja y aunque era una verdadera locura, ahora sus amenazas apuntaban directamente a Samantha.
Llegó el día de la boda y debo decir que mi hermana se veía radiante, feliz, como si nada malo estuviera ocurriendo en su vida y eso me hacía muy feliz. Yo también quería sentirme igual y disfrutar a su lado.
En la granja todo estaba organizado, llegó tomada del brazo de mi padre que, aunque siempre ha sido un hombre serio y déspota, no podía ocultar sus lágrimas y emoción. La ceremonia fue