Capítulo sesenta y cinco 65

Gema entraba varias veces al día para monitorear la salud de Pavel. Después de revisar los aparatos médicos, ajustaba el gotero con dedos que apenas disimulaban su temblor.

—Llevo seis días fingiendo ser tu prometida y aún no me acostumbro —murmuró mientras anotaba los signos vitales en la tabla.

Al terminar, su mirada siempre se desviaba hacia aquel hombre rubio de dos metros, de figura imponente, que ahora estaba vulnerable bajo las sábanas blancas.

El doctor Méndez rompió el silencio al entrar con una enfermera.

—Hoy le retiramos la sedación. Si todo va bien, despertará en menos de una hora.

Gema asintió, fingiendo una calma que no sentía. Sabía que el verdadero desafío comenzaría cuando esos ojos tan fríos como el polo norte como decía su amiga se abrieran y la confrontaran con una pregunta obvia: ¿Quién diablos eres tú?

Ellos aguardaban en la habitación a que el paciente despertara.

El primer indicio fue un espasmo en sus dedos. Las pupilas de Pavel se dilataron bajo los párpados
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP