"Era una maldita niña"
Al verla parada allí a mitad de mi sala pude reconocer esa carita perfectamente. Su cabello estaba esta vez ondulado y llevaba menos maquillaje, pero sin duda se veía igual de atractiva que esa noche.
No tenía ni un día aquí y y me estaba colmando la paciencia.
—Damian —La voz de José me saca de mis pensamientos —. Desde que llegó esa jovencita luces bastante pensativo , ¿me dirás que sucede?
—No me sucede nada, solo que esta empezando a colmar mi poca paciencia.
—¿Seguro? —Inquiere y le doy una mirada seria —. Entiendo, me retiro amigo. Buenas noches.
—Buenas noches.
Sale del despacho dejándome a solas, suspiro y inclino mi cabeza cerrando los ojos y suspirando tratando de controlar mis pensamientos.
La puerta se abre y al levantar la cabeza me encuentro con Sandra.
—¿Quién es esa chiquilla engreída y por qué la has traído aquí?
—Sandra, te he dicho infinidades de veces que no me agrada que entren a mi despacho sin antes yo autorizarlo.
—Lo siento Dami