Había pasado toda la mañana junto a Magda y Fara en los maizales trabajando y riéndonos de cada ocurrencia de Fara.
Ella había decidido venir a trabajar ya que no quería quedarse en casa sola y completamente aburrida.
Que había pasado anoche con Damian y su problema, no lo sabía. Pero esta mañana José nos contó que se había ido de la hacienda por completo.
Finalmente terminamos nuestra jornada de trabajo, José viene por nosotras llevándonos de regreso a la hacienda.
Al llegar Fara sube rápidamente a su habitación y me encuentro con Damian en las escaleras.
—¿Qué tal todo hoy?
—Bien, menos las picadas de mosquitos —Le enseñó mis brazos —. Esas ronchas pican mucho y se me están hinchando horrible.
—Mamá Rosario tiene una crema que te servirá para alivianar la picazón —Sujeta mis brazos y rápidamente una ola de calor llega a mi —. Te conseguiré un repelente para insectos, mañana no irás a los maizales.
—¿Por qué? —Rechistó asombrada.
—Quiero que me acompañes a otro lugar —Me mir