Capítulo 52 - Es únicamente mía.
Egan
La erección fue eminente cuando esos preciosos senos con un provocativo pezón café se veían disponibles para mí. Se me hizo agua la boca, no pude evitar pasar la lengua por mis labios. Como si fuera un imán, llegué a su lado. Acaricié su rostro, pasé una mano por su cuello sin apartar la mirada de esos pozos negros hasta tener su seno. La tensión en mi pene fue electrizante.
Su corazón latía muy fuerte, en ese momento comprendí mi sentimiento hacia ella, no era un enamoramiento juvenil. Por un segundo recordé las reuniones familiares donde la miraba desde lejos, en parte las morenas me gustaban porque quería minimizar el deseo hacia ella.
—¿Estás segura?
—Sí. —dejó caer el buzo.
Jamás me había puesto a pensar en dónde tenía sexo. Pero en esta ocasión ese acto tendrá sentimientos de, por medio, el verla desnuda en la parte superior contra el fondo arbolado. No había nada alrededor. Y esa adrenalina, al estar expuestos, donde podíamos ser vistos, le daba un toque de excitación.
Al