María Paula
Logré llegar al ascensor e iba a soltar mi retahíla de palabras. Pero fui detenida por el mismo Ernesto.
—Antes de insultarme, perdóname Mapa.
—¿Ya me reconociste?
—¡El hombre que llegó era Athan! ¿Dejaste a Angélica sola?
—¿Qué?
—¡Esto nos puede costar la operación, Ernesto!
—Simone, comunícate con Niniano que vigile a Angélica.
Mierda, debí de comprender cuando me negó. Ahora… Las puertas del ascensor se abrieron.
» Por favor, dime si Niniano la logra ver. Athan buscará cualquier cosa para poder amenazar a Egan. Elena, ¿puedes llamar a tu jefe? —No entendía nada.
—¡María Paula! —Me encogí de hombros ante la voz de Alexey, no auguraba nada bueno.
—Señor, Niniano no la vio salir. La recepcionista le dijo que el señor Athan la socorrió porque ella se desmayó.
—Trajimos dos guardaespaldas. —interviene.
David, Carlos, mi marido y Egan se veían muy serios. Me hicieron sentir en el lugar equivocado.
—Hablemos en la oficina. —comentó Egan.
—Pero Angélica… —La mujer que llegó con