María Paula
Llegué antes que Samuel, y ahora me encontraba en mi carro a las afuera de la iglesia a la espera de su llegada para hablar los dos con el padre Castro. En verdad necesitábamos hoy un buen consejo para ayudar a Angélica y a Ernesto. Al verlo bajar de su carro, vi su alegría.
—Hola, prima.
—Primo. —Nos saludamos de beso, apenas bajé del carro—. ¿Alexey sospecha algo?
—Que yo sepa no, hace varias horas se fue a la reunión con su padre, poco a poco le están entregando las empresas y eso lo tiene bastante ocupado.
—Sí. No quiero ocultarle nada, me cuesta hablar o mirarlo ocultándole la información de Ernesto y Angélica. ¿Cómo te fue con Gabi?
—La dejé dormida cuando Fernanda llegó con un par de carpetas con trabajo para ella. Carlos va a intentar acercarse a su hija por teléfono; esperemos funcione. En todo caso, hoy sentí a mi hija, la contemplé en directo en la ecografía. Se siente jodidamente bien el saber que eres padre.
Tocamos la puerta de la casa cural. Hoy viernes suel