La tensión entre Tara y Rhidian no había hecho más que crecer desde aquel beso apasionado. Sin embargo, el día comenzó con una atmósfera diferente, una mezcla de travesura y deseo por parte de Tara, que ahora parecía disfrutar de tener la atención de Rhidian completamente enfocada en ella.
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Un Juego de Coqueteo
Tara había decidido cambiar las reglas. Después de tanto tiempo sintiéndose insegura, había llegado el momento de tomar las riendas de su propio destino, y eso incluía la forma en que se relacionaba con Rhidian. La chispa entre ellos ya era evidente, pero ahora estaba dispuesta a avivarla.
—¿Qué tal un poco de entrenamiento, Rhidian? —preguntó Tara, con una sonrisa traviesa mientras jugueteaba con un mechón de su cabello.
Él alzó una ceja, observándola con esa mezcla de curiosidad y cautela que siempre la hacía sentir que tenía toda su atención.
—¿Qué tienes en mente? —preguntó, cruzándose de brazos.
Tara se acercó lentamente, reduciendo la distancia entre ellos. Estaban en