Mundo ficciónIniciar sesiónLa Última Voluntad
Ciudad de México - Despacho Legal de la Familia De la Torre. Dos días después.El aire en la sala de juntas del prestigioso bufete de abogados estaba viciado, cargado con una mezcla de avaricia y ansiedad. Ricardo De la Torre se sentó en la cabecera, flanqueado por Alessandro Bellini y el equipo legal de la familia. Frente a él, María Teresa y Arturo se retorcían en sus sillas de cuero, sus ojos recorriendo la habitación como depredadores buscando una presa que ya no existía.Habían pasado dos días desde que Luca se llevó a Amelia. Nadie sabía dónde estaban, y Ricardo pretendía que siguiera así.El notario, un hombre mayor con voz monótona, rompió el silencio.—Estamos reunidos para la lectura del testamento de la señora Adelaida De la Torre.María Teresa se inclinó hacia adelante. —Vamos al grano. ¿Qué nos dejó mamá?Arturo, con las manos temblorosas (la abstinencia forzada por la falta de fondos empezaba a notarse), asintió. —La casa.






