Entonces recordé que esta vez Viviana había venido a Valivaria con el propósito de mejorar su salud.
Su intención era básicamente prepararse para tener un hijo con Mikel.
Sin embargo, debido a todo lo ocurrido hace poco con Aquilino, todos habíamos estado demasiado ocupados, y, sin darme cuenta, dejé de prestarle atención a los asuntos de Viviana.
—Ahora voy para el consultorio, ven tú también. En un rato te revisaré,— le dije por celular, hablando de manera casual.
Viviana respondió enseguida con voz tranquila:
—Está bien, nos vemos en un rato.
No le di demasiadas vueltas al asunto.
Unos veinte minutos después, llegué al consultorio.
No había pasado mucho tiempo cuando vi aparecer las figuras de Viviana y Lucian.
Lucian, como de costumbre, mantenía ese aire frío y distante, y su mirada hacia los demás siempre parecía estar cargada de cierta hostilidad, como si todo el mundo fuera su acérrimo enemigo.
Apenas le lancé una mirada rápida antes de apartar los ojos, incapaz de sostenerle la