Capitulo843
Pero ahora… había quienes querían romper ese equilibrio.

Y con Aquilino debilitado, sin poder intervenir como antes lo solía hacer, era solo cuestión de tiempo para que todo se viniera abajo.

Yo, sinceramente, no era de los que se metían donde no los llamaban.

Sentía que este tipo de asunto era demasiado grande y, turbio.

Y que, quizás, escapaba por completo a mis capacidades.

Fue entonces, cerca de la hora del cierre, cuando apareció Kallen.

Apenas lo vimos cruzar la puerta, tanto Kiros como yo nos pusimos en alerta máxima.

Pero Kallen entró sonriendo, con ese aire despreocupado tan propio de él.

—Tranquilos —dijo alzando las manos:— No vengo a buscar pelea. Ya se los dije: quiero que seamos amigos.

Kiros dijo cargado de desconfianza.

—¿Y tú crees que vamos a tragarnos esa mentira tan fácil?

—Miren, incluso traje regalos —añadió Kallen, levantando una bolsa con varios detalles:— ¿No les parece una muestra de buena voluntad?

Era cierto. Venía con las manos llenas. Y para rematar, iba v
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