Lo que no terminaba de entender… era el verdadero significado de las palabras de Aquilino.

¿Por qué me había dicho que ni siquiera escuchara a Gael? ¿Qué me limitara a conseguir las hierbas para el hospital y nada más?

Tenía la cabeza hecha un completo caos, pero poco a poco fui atando cabos sueltos.

Antes de colgar, le pedí a Aquilino que se concentrara en su recuperación, que dejara de preocuparse por todo esto.

Le aseguré que yo sabría manejar la situación.

Después unos minutos, volví al encuentro con Gael.

Me senté frente a él con una expresión más seria que antes.

—No me interesa nada más. Solo estoy en este lugar para gestionar la compra de hierbas del hospital San Rafael. Aquí tienes la lista que me dio Aquilino —le dije, entregándole enseguida el documento.

Pero Gael no la tomó de inmediato.

Me observó con detenimiento y asombro, como si quisiera leer mis intenciones más allá de mis palabras.

—Óscar —dijo al final:— sabes que Aquilino, por ahora, no podrá encargarse de los asun