Capitulo820
—No lo sé —respondió Elara mientras se cambiaba:— Nosotros solo hacemos lo que el cliente nos pide.Se puso la ropa rápidamente y salió de casa a toda prisa.

La casa se quedó en silencio, solo estábamos Patricia y yo.

Me asomé a su habitación; la puerta estaba entornada, pero casi cerrada del todo. No se oía ningún ruido, así que imaginé que ya estaría dormida.

No volví a la habitación de invitados.

Preferí quedarme a dormir en el sofá del salón.

Así, si pasaba cualquier cosa, podría enterarme enseguida.

No llevaba mucho tiempo recostado cuando, de pronto, empecé a oír unos sollozos.

Venían del cuarto de Patricia.

Me levanté con cuidado y me acerqué a la puerta, caminando en puntas de pie.

Pegué el oído y confirmé lo que ya sospechaba: Patricia estaba llorando.

Quise entrar y consolarla.

Pero eran altas horas de la noche… y me daba pudor aparecer en su habitación así, de repente.

Sin embargo, fingir que no escuchaba nada tampoco me salía natural. Sus sollozos eran demasiado claros, dema
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