Viviana: ¿Y ahora qué te he hecho?
Respondí furioso: ¡Por tu culpa! ¡Tu hombre mandó a alguien a la ciudad de Valivaria a matarme! ¡Casi me mata durante el día y ahora viene a perseguirme de nuevo! ¡Me vas a matar, maldición!
En la villa.
Viviana vio el mensaje que le envié y sorprendido dijo: ¿Entonces estás bien?
Le envié una selfie y respondí: Míra tú misma, aún tengo el brazo enyesado, y me rompí dos costillas. Estoy en pleno proceso de recuperación. Salí a cenar por la noche, y ese hombre apareció de la nada como un fantasma. Si no hubiera corrido a tiempo, ahora mismo estaría muerto.
Viviana: Si te mueres, te haré una ofrendita primero.
Yo: ¡Malnacida! ¡Así estoy y tú te burlas de mí! ¡Eres una mujer sin corazón, una completa víbora!
Estaba tan enfadado que sentía la cabeza a punto de estallar. Si Viviana estuviera cerca, definitivamente la hubiera regañado bien fuerte.
Viviana me respondió: Soy una mujer sin corazón, ¿no lo sabías? Si no lo fuera, ¿cómo podría ser la amante de a