Pasaron varios minutos y aún no aparecía Viviana.
Parece que la dueña de la tienda comenzó a impacientarse un poco, así que me preguntó: —¿Ya ha vuelto Viviana?
—Todavía no ha regresado.
—Bueno, no importa, entra y ayúdame a subir la cremallera.
—¿Ah?
La petición que me hacía me tomó completamente por sorpresa.
Soy un hombre, ¿y ella quiere que entre al vestuario para ayudarle a subir la cremallera de su vestido? No me parece lo adecuado.
Sobre todo, considerando que ella es mi jefa, eso lo hacía aún más complicado.
—Señora, espere un momento, voy a buscar a Viviana.
No me atreví a entrar, así que decidí ir a buscar a Viviana.
Después de todo, la señora es una mujer muy importante, no me atrevería a tocarla tan fácilmente.
Pero cuando llegué a la puerta del baño, descubrí que había baños VIP.
Viviana estaba adentro del baño VIP.
Si no eres un miembro distinguido y exclusivo de este centro comercial, no puedes acceder a esos baños tan fácil.
No tenía ni idea de qué estaría haciendo Vivi