Después de ahogar todas las penas en la casa de sus padres, Helena regresó a casa con una misión: empacar sus cosas para volver a vivir con ellos.
No sería una tarea fácil, ya que le encantaba vivir sola, tener su espacio y su horario. No es que ella no estuviera allí… pero volver a vivir en su antigua casa definitivamente perdería su libertad.
Pero por ahora, era la solución más sensata. También porque ya no podrá pagar el alquiler y los trabajos no se caen del cielo, sobre todo con la ola de paro que arrasó el país.
Cuando Samantha se enteró de lo sucedido, le preguntó a su amiga si quería que hablara con sus padres sobre trabajar en su empresa. No sería mala idea trabajar para Ferreira & Duarte, los conozco desde niño y sabía que pagaban muy bien. Pero, por otro lado, no fue una buena idea por la misma razón. La señorita Martha no quería mucho a Helena, aunque sabía que era la mejor amiga de su hija. De hecho, a ella no le gusta nadie ... Seu Rogério fue peor. Era conocido por acos