Antes de viajar, Helena necesitaba despedirse de su querida abuela Tina. No fue fácil despedirse de tus padres y hermanos. Decirle adiós sería aún más difícil.
_ No es un adiós en absoluto. Volveré. _ Repitió a los hermanos ya sí misma en un intento de disipar la tristeza.
_ ¿Regresarás? Y si no vuelves, ¿cómo será? _ preguntó Hermes. Justo cuando estaba a punto de decir algo, Héctor soltó a los perros:
_ ¡Si se atreve a arrestarte allí, vamos allí a salvarte, hermana!
Helena solo miró a los dos hermanos con cara de paisaje. Hizo lo que siempre hace su madre en esos momentos, abofeteó a cada uno.
_ Ambos en silencio. No me arrestará. Ya dije, volveré y no te atrevas a venir a buscarme, ¿entendido?
Los dos simplemente asintieron. Y ay de ellos si no entendieron ... para demostrar que entendieron, cada uno besó cada lado de la cara. Entonces los tres hermanos se abrazaron, prometiendo volver a verse.
Ella ya había hecho arreglos con el dueño del apartamento y él accedió a aceptar los mu