En mi habitación, me desvelé gran parte de la noche. Al parecer, Massimo me ofrecía matrimonio, pero a cambio deseaba invalidar el contrato anterior que habíamos firmado.
En ese contrato anterior, se permitía que amamantara a mi pequeño y estuviera con él durante cuatro meses. Ahora, deseaba que firmara aceptando irme en cuanto mi hijo naciera.
Estaba arrepentida de haber aceptado intercambiar a mi hijo. Era una parte de mí, lo sentía crecer en mi interior, lo amaba. Pero la cirugía de Franco aún no se había llevado a cabo, y Massimo podría cancelarla.
Era un hombre poderoso al que no podía traicionar sin esperar consecuencias. Muy a mi pesar, decidí aceptar su propuesta.
Bajé de prisa para hablar con él antes de que saliera hacia la oficina. Massimo se preparaba para desayunar en ese momento, y al verme pararme frente a él, me preguntó de inmediato.
—¿Sucede algo?
—Lo he estado pensando, aceptaré tu propuesta.
—¿Estás segura? Una vez que lo hagas, no habrá vuelta atrás.
Clar