punto de vista de TERESA
La bolsa de basura se sentía más pesada de lo normal mientras la arrastraba hacia la acera.
Eran más de las siete, ya estaba oscuro. Las farolas proyectaban charcos anaranjados sobre el pavimento, y la mayoría de mis vecinos tenían las luces encendidas: familias dentro cenando, viviendo vidas normales. Vidas que yo nunca tendría.
Dejé caer la bolsa en el contenedor y me limpié las manos en los jeans, ya girando de vuelta hacia la casa cuando lo escuché. Un motor caro, suave y ronroneante, entrando en una entrada cercana.
Miré hacia arriba por costumbre, como haces cuando pasa un auto.
Mi corazón se detuvo.
El Mercedes negro de Rafael estaba entrando en la entrada de la hermosa casa moderna justo enfrente de la mía. Aquella que siempre había admirado pero nunca había visto a nadie entrar o salir. La que tenía el césped perfectamente cuidado y las luces que a veces se encendían tarde en la noche.
No. Eso no podía ser…
La puerta del conductor se abrió y R