CELIA :
Al día siguiente despierto con un fuerte dolor de cabeza y en mis costillas.
Carajo, juro que los haré sufrir por hacerme esto.
Pienso mientras me tomo los calmantes.
Minutos más tarde estoy como nueva y me dirijo al baño para hacer mis necesidades y dejo al bello durmiente dormido.
Salgo envuelta en una toalla y encuentro a máximo sentado sobre la cama.
¿– Amaneciste bién? ¿No te duele nada?
Me pregunta levantándose para dirigirse hacia mí.
– Estoy bién, no te preocupes.
Digo con una sonrisa besando sus labios.
– Buenos días esposito ¿Dormiste bién?
Me sonríe como solo él sabe hacerlo.
– De maravilla.
Dice para besar mi nariz y me sonrojo.
– Te vez hermosa cuándo te sonroja, mi esposita... Solo mía.
Dice llenando mi cara de dulces besos.
El sonido de mi celular interrumpe nuestro bello momento.
– Ve por tu celular, yo iré al baño.
Dice dejando un último beso en mi frente.
Hago un puchero y me dirijo a mi celular.
Veo el número de Patri y con una sonrísa descuel