“Soy yo quien ha defraudado la confianza de todos, y tengo la culpa. Espero que los internautas me den otra oportunidad para corregir mis errores. De ahora en adelante, seré más cuidadosa con mis palabras y nunca volveré a hacer apuestas con nadie.”
Esa última frase contenía una sutil indirecta hacia Amanda, insinuando que la había inducido a apostar de forma poco ética.
“¡Muchas gracias a todos!”
Viviana hizo una tercera reverencia, mostrando, aparentemente, mucha sinceridad. Los periodistas aún querían hacerle preguntas, pero su médico, presente en la sala, advirtió que su garganta seguía delicada y no podía hablar mucho más.
— Pueden preguntar, aún puedo soportarlo — intentó ofrecer Viviana, con una voz débil.
— Señorita Sevilla, usted es paciente, escuche a su médico. Sus cuerdas vocales están gravemente dañadas, si sigue hablando podría perder la voz permanentemente. ¿Acaso no le importa su salud?
— Pero…
— Pregúntenme a mí — intervino Lucas en ese momento, subiendo al escenario y