—¿Por qué carajos me apresuraste tanto? ¿Tienes alguna nueva idea?
Javier estaba lleno de confusión, pero nunca se esperó que, al siguiente segundo, Jorge le lanzó un puño directo a la cara, dejándolo con la nariz escurriendo sangre y morada.
—¿Qué coños estás haciendo?
Carlos se asustó y rápidamente lo agarró para detenerlo. Javier, que estaba en el suelo, también estaba desconcertado:
—Jorge, ¿te has vuelto loco?
—¿Por qué le contaste todo a Amanda?
—¿A mi cuñada? ¿Mi cuñada lo sabe entonces? ¿Cómo es eso posible? Yo no le he dicho nada. —Javier no lo sabía y comenzó a ponerse nervioso.
—Si no fuiste tú, ¿entonces quién mierdas fue?
—No culpes a Javier. Fue Amanda quien misma me llamó. Cuando salió el tema a relucir, lo mencioné de pasada, sugiriendo que te convenciera. ¿Entonces ya está ella de acuerdo? ¿Dónde está pues la víctima? ¿Ha explicado ya la situación? ¿Está entonces dispuesta a cooperar? —preguntó Carlos expectante.
Al escucharlo, tanto Jorge como Javier se pusieron visib