Nell
Un día antes de Nochevieja, Nell estaba en su casa, sumida en pensamientos oscuros sobre la "maravillosa noche" que estaba a punto de vivir junto a "su amiga". No lograba comprender cómo ella, tan hermosa y sofisticada, era constantemente rechazada por Wallace, mientras que su amiga siempre caía de pie, con una suerte que parecía inquebrantable.
Aún podía sentir el sabor de los besos de Wallace en sus labios. Si tan solo no hubiera huido aquella noche, tal vez por fin habrían podido estar juntos. Pero la realidad era otra, y ahora solo le quedaba la amarga sensación de lo que pudo haber sido y no fue.
Su teléfono sonó, sacándola abruptamente de sus pensamientos. En la pantalla, el nombre de Nolan, su infame socio, la hizo fruncir el ceño.
—Buenas noches, querida socia —saludó con su habitual tono burlón—. Debo decir que estoy bastante satisfecho con la mercancía que me proporcionaste. Es de muy buena calidad.
El asco subió por su garganta de inmediato. El desgraciado había conseg