Dando una señal para que todos, excepto los involucrados y sus ministros reales, salieran de su estudio, la reina miró con seriedad al matrimonio.

— Lamento mucho por lo que ha tenido que pasar, señora Lancaster, le aseguro que Emma Borbón recibirá un castigo por su imprudente comportamiento. — dijo la reina.

Mónica esperaba que la reina no castigara a Emma, pero esa respuesta no significaba que la reina no estuviese del lado de esa mujer.

— Mi esposo y yo queremos regresar a Balmoral, ambos creemos que el juicio de Daniel Lancaster se está viendo comprometido por sus sentimientos hacia Emma Borbón, pues es justamente lo que ha venido demostrando. Creemos que mi esposo, es quien debe de ser el siguiente Duque de Balmoral. — exigió Mónica.

La reina se mantuvo serena, pero firme.

— No voy a cumplir esas peticiones, señora Lancaster. La primera, no es prudente que usted y su esposo regresen a Balmoral si tal y como ambos han expresado, Emma Borbón los está agrediendo, su embarazo, puede