Capítulo 53
Los ojos del que hasta hacía un día era mi jefe, me siguieron desde que entré a aquella habitación pequeña y fría hasta que me senté en frente suyo. Era evidente que no estaba en su mejor momento, el cansancio le salía por los poros y eso me encogió el corazón. Nunca lo había visto en un estado tan desaliñado. Incluso el cabello lo tenía un poco despeinado.
—No lo entiendo. —me dijo después de unos segundos en silencio que me parecieron eternos. Ni siquiera me saludó y lo entendí. Teníamos mucho que aclarar.
—¿Qué es lo que no entiendes? —pregunté. Debía seguirle el juego e ir tanteando para ver si me confesaba su secreto.
—No entiendo que estés viva.
—¿Por qué te cuesta creerlo?
Su mirada vaciló antes de inclinarse hacia mí y verme a los ojos.
—Porque te vi muerta en aquellas fotos. Porque creí que aquel día yo… —dudó unos segundos antes de continuar—, te había matado.
Está vez sí que sus palabras me sorprendieron. No me podía creer lo que acababa de escuchar.
—No enti