Capítulo 21
Ocho años antes.
Cuando llevas mucho tiempo llorando llega un momento en el que dejan de salir las lágrimas y solo queda ese ardor insoportable en los ojos. Al parecer el manantial del que provenían mis lágrimas se había secado porque no lograba llorar. Solo permanecía con la vista clavada en el cristal de la ventana. Desde mi posición podía ver el cielo. Era un día nublado, tan nublado como mi alma y mis deseos de vivir. Era como si la naturaleza misma se hubiera puesto en sintonía con mi estado de ánimo.
Llevaba dos días encerrada en mi habitación. Todo se había acabado. Mi sueño había durado lo mismo que una ola en alta mar.
Ni siquiera sabía nada de Antoni o de Yessica. Supuse que en ese tiempo, por lo menos mi mejor amiga, había intentado buscarme pero seguramente mis padres se lo habían negado. Ellos eran así, si te desviabas solo un poco de su camino dejabas de agradarles y con todo lo ocurrido supuse que para ellos, la causante de todas mis desgracias era mi amiga