Capítulo 59: Falso pariente.
— ¿Dijiste hijas? Ah, sí, esa niña a la que tantos odias y mantuviste a tus espaldas es ahora tu hija mayor, es curioso que la llames así cuando ella no lleva nada de ti salvó la sangre que compartes con tu hermano muerto… — dijo Marcus.
— ¡Silencio! — gritó Maximiliano tapando la boca de su viejo camarada. — Guarda silencio — demandó.
Apresurándose, se asomó por el pasillo para asegurarse de que nadie hubiese escuchado aquello. Aquel secreto debía permanecer como tal, no podía arriesgarse. Cerrando la puerta, miró con odio a ese hombre que olía a alcohol barato.
Marcus soltó una risa.
— Por supuesto, nadie lo sabe, ¿No es así? Tu hermano antes de morir, te pidió ese pequeño favor…y tú lo hiciste por conveniencia. Pero cuando el murió inesperadamente, las cosas cambiaron, y me echaste de tu vida pensando que podrías deshacerte de mí después de utilizarme, pero, ¡Sorpresa querido!, aquí me tienes. — aseguró Marcus.
Encendiendo un cigarro, Maximiliano soltó el humo dentro de su habitaci