— ¿Pero como se atreve ese maldito mari....

— Silencio, vayámonos, ya has visto todo lo que querías, no des un espectáculo innecesario frente a tanta prensa, ya tendremos la oportunidad de demostrar que miente. — interrumpió Renato tomándola de la mano para caminar con ella.

— Pero aún no he hablado con esa doctora sobre la propuesta que tengo, será un privilegio que me atienda a mí con sus nuevos tratamientos, si la tenemos es seguro que ella podría ayudarme a superar mi enfermedad, ¿Acaso no quieres que yo mejore? — dijo Mariana con frustración y fingiendo un ataque de tos.

— No te preocupes, ya he dejado con su asistente la propuesta que tenemos para ella. — respondió el rubio sacando a su colérica prometida del lugar y sin responder aquella pregunta.

En la parte trasera del consultorio, Arianna suspiró. Mariana ya iba directamente a ella, pero Ramon la había interceptado. Entrando a su estudio. Miró sobre el escritorio un sobre con el logo de Urriaga Corporation impreso en él. Son