POV. Amanda
Serían las cinco de la mañana cuando abrí lentamente los ojos. Podía sentir la calidez de su aliento en mi cuello, su cuerpo pegado al mío y su pierna izquierda reposaba sobre las mías, pero lo que más disfrutaba era su tacto firme y suave a la vez rodeando mi cintura. Me sentí en calma, en mi sitio seguro en el mundo y volví a cerrar mis ojos con la tranquilidad de que estaba en sus brazos.
Más tarde, y aún adormilada alcancé a sentirlo luchando por entrar en mi. No hacía falta tocarme para darme cuenta de lo mojada que me encontré, hasta en pleno estado de inconsciencia mi cuerpo respondió al suyo y yo sabía muy bien que él no lo iba a desaprovechar. Levantó ligeramente mi pierna izquierda, como no queriendo despertarme y sentí su erección empujar suavemente y con delicadeza, hasta que se internó en mis adentros y me fue imposible dejar escapar un suave jadeo, me encantaban esos asaltos matutinos.
—Amo despertar así —le dije con la voz más entera que pude y sin embargo e