Jorge era luz...
Pero detrás de esa luz, también existía oscuridad...
Para Linda, mirarlo era mirar una pieza de arte, una obra oscura, vil, pero también hermosa. Quitar mis ojos de los suyos era difícil, porque no solo su semblante me enloquecía, sino la desnudez en la que quedaba tras su penetrante iris, que a la distancia seguía intimidándome de mil maneras posibles. Por que detrás de tanta luz, también había oscuridad.
Jorge, cuando notó que Linda lo miraba, examinando también su oscuridad, el deseo en sus ojos y el análisis exhaustivo de su imponente mirada, se sintió cohibido de algún modo, desviando por un instante la mirada.
Ella sabía que no debía hacerlo, pero mientras más prohibido e incorrecto era, más le agradaba la idea. El saber que Alexis y Erick serían ajenos a este encuentro le resultaba excitante, solo serían Jorge y ella...
Estaban tan cerca que podía escuchar el sonido de su respiración. En un solo segundo pudo acortar ese centímetro que los separaba y la realidad