Sasha

La noche había caído, trayendo consigo una extraña sensación de calma antes de la tormenta. Me encontraba en la cima de la colina, donde la brisa nocturna acariciaba mi rostro. El viento traía consigo susurros, ecos lejanos de promesas y amenazas, de miedos enterrados que resurgían a cada soplo.

Dante me había advertido. Me había dicho que lo que estaba sucediendo, lo que iba a suceder, sería mucho más complicado que todo lo que habíamos enfrentado hasta ahora. Y a pesar de todo, me encontraba aquí, sola con mis pensamientos, con esta pesada responsabilidad que me aplastaba.

No había aceptado completamente el papel que me habían asignado. Aunque era la clave de esta guerra entre vampiros y lobos, el peso de la maldición no era solo un peso físico. Era el miedo constante de decepcionar, de ver las cosas desmoronarse porque no había sabido estar a la altura.

Cerré los ojos, intentando calmar mi mente. La maldición había despertado poderes en mí que no comprendía del todo. Y ese pod