Sasha

El destello de luz que había brotado de mis manos se intensificó, golpeando a la criatura con una fuerza tal que ella gritó, una vibración siniestra desgarrando el aire a nuestro alrededor. El suelo tembló bajo el poder del impacto, pero solo fue un breve instante de victoria. La entidad, pareciendo reformarse ante nuestros ojos, no cedió. Al contrario, se retorció en una danza infernal, rechazando la luz y absorbiendo la energía con una facilidad desconcertante.

Intercambié una mirada rápida con Adrian. No podíamos quedarnos ahí esperando. Esa criatura, esa cosa nacida del caos, parecía inalterable. Las runas a nuestro alrededor brillaban cada vez más fuerte, pero comenzaban a agrietarse bajo la presión. Sabía que debíamos reaccionar rápido antes de que la energía se disipara. Reuní todo lo que tenía, la ira, el miedo, la desesperación, y lo arrojé en el instante. Mi voz se elevó, a la vez frágil y decidida.

¡Adrian, Dante, prepárense para todo!

El grito de la criatura se trans