Sasha
No es natural, respondió él en voz baja, casi inaudible. No es lo que acabamos de combatir. Es algo más antiguo, más antiguo que todo lo que hemos conocido. Algo que supera nuestras capacidades.
Adrian se encontraba detrás de mí, una mano en mi hombro, pero su presencia, que normalmente era reconfortante, parecía hoy a la vez lejana y frágil. Estaba en alerta, su mirada barría cada sombra, cada movimiento. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, era evidente que sentía esta amenaza, al igual que nosotros.
Un grito atravesó de repente el silencio. No era ni humano ni sobrenatural. Parecía venir de las profundidades mismas de la tierra, un lamento antiguo, como un alma atormentada gritando desde el más allá. La tierra bajo nuestros pies vibró con el impacto del sonido, y un nuevo miedo se levantó en mí.
¿De dónde viene? pregunté, mi voz casi ahogada.
Del suelo, respondió Dante, su voz dura, como si hablara consigo mismo. Hay algo bajo tierra. Algo peligroso.
Me volví hacia él, pero