Sasha
El viento sopla suavemente sobre la ciudad, aliviando ligeramente la tensión que me aprieta. Las calles están silenciosas, sin embargo, siento la presión, pesada y constante. La batalla ha dejado huellas, y aunque hemos triunfado sobre Matteo, queda en nosotros una sensación de inseguridad, como si la sombra del pasado continuara persiguiéndonos. Aún no ha terminado. Lo sé. Dante y Adrian también lo saben. No hemos ganado, no realmente, hasta que la última resistencia no haya sido aplastada.
Es hora de prepararse para la última etapa. La guerra no termina en un campo de batalla. Termina cuando se rompe el corazón mismo del enemigo. Cuando el alma del poder es aniquilada.
Adrian está a mi lado, más tranquilo que nunca. Sus ojos, penetrantes, escrutan el horizonte, pero está ahí, cerca de mí, como siempre ha estado. No es el hombre que conocí, ese hombre distante y misterioso. Es el hombre con quien compartí el dolor, la intensidad, el amor. El hombre que se ha convertido en el alma de esta guerra.
Sabes que esta noche podría cambiarlo todo, me dice, su voz baja, casi íntima, como si buscara compartir un secreto, una verdad aún más pesada que todo lo que hemos vivido hasta ahora.
Lo miro sin responder, observando la luz de la luna reflejarse en sus ojos, acentuando la dureza de sus rasgos. No es la luna la que me inquieta, sino la manera en que habla. Como si sintiera que todo puede cambiar, que esta guerra puede destruir todo lo que hemos construido.
Avanzo un paso, reuniendo toda la determinación que me queda. Sé lo que debemos hacer. Esta noche, vamos a dar el golpe mortal.
Dante se acerca, silencioso, con los brazos cruzados, su mirada metálica más fría que nunca. Ha observado, analizado, previsto cada movimiento. Pero algo en su actitud ha cambiado. Ya no es el asesino astuto y calculador. Se ha convertido en la sombra del poder que nos guía a todos.
No ha terminado, Sasha, dice, rompiendo el silencio con un tono cortante. La última batalla no es contra un enemigo exterior. Es contra lo que queda en nosotros. Lo que nos ha formado, forjado en el odio y la venganza.
Frunzo el ceño, sin entender de inmediato. Pero sé que sus palabras no están ahí por casualidad. Dante nunca habla sin razón.
El fin de la guerra, retoma, es la hora de la última elección. Aquella que decidirá nuestro futuro. Debemos poner fin a este círculo, a este ciclo de violencia y poder. Pero eso requiere un sacrificio. Un sacrificio de todo lo que hemos conocido.
Dirijo mi mirada hacia Adrian. Me dedica una sonrisa ladeada, una sonrisa casi dolorosa.
Sabes lo que eso significa, Sasha, susurra. Lo que debemos abandonar para que esto termine. Debemos romper nuestra propia cadena. Debemos aceptar perder para ganar.
El viento se intensifica, llevándose las últimas huellas del mundo de antes. La guerra entre lobos y vampiros, entre el poder y la libertad, está alcanzando su clímax. Ya no es solo una cuestión de supervivencia. Es una cuestión de reinvención, de destrucción del pasado para permitir que el futuro nazca.
Dante toma un momento, como para dejarnos digerir sus palabras. Sus ojos brillan con un resplandor extraño, una chispa de certeza en la oscuridad.
Me aseguraré de que todo esté listo, dice con un tono que no admite discusión. Deben estar listos para sacrificarlo todo, para borrar todo. Empezando por la vida que han conocido.
Asiento, pero en el fondo sé que será más difícil que todo lo que hemos enfrentado hasta ahora. Los sacrificios no son solo físicos. También son emocionales, psicológicos. Lo que hemos vivido, lo que hemos amado, todo eso será puesto a prueba.
La noche ha caído, pero es más que negra. Está llena de promesas y amenazas.
El plan es simple, aterrador. Debemos golpear en el corazón de la mafia, donde su poder obtiene su esencia. Su imperio se basa en alianzas frágiles, pactos forjados en la sombra, vidas puestas en juego como peones en un tablero de ajedrez. Es hora de romper esta pieza clave. De borrar todo.
Vamos a golpear la base, dice Adrian, su tono duro. Donde son más vulnerables. Pero no será solo un golpe. Será una purga.
Sé lo que eso implica. Tendremos que eliminar todos los puntos de resistencia, aplastar las últimas fuerzas de aquellos que aún se levantan contra nosotros. La guerra no ha terminado mientras quede un enemigo en pie, listo para contraatacar.
Nos preparamos, los tres, para lo que probablemente será nuestro último acto como aliados. Entramos en el corazón mismo del imperio enemigo. La tensión es palpable, un miedo sordo mezclándose con la adrenalina. Cada paso es una decisión, un movimiento calculado. Sabemos que todo puede cambiar. Pero en el fondo, todo esto tiene un sabor de inevitabilidad. Es el último acto de una obra que ha durado demasiado tiempo.
La puerta del edificio donde debemos golpear se abre con un chirrido pesado. El ruido nos advierte. Entramos.
Dentro, una escena que no tendría nada de sorprendente en el mundo que nos ha forjado. Mesas, sillas, matones. Pero esta vez, es diferente. No es solo una reunión de mafiosos. Es el final. El final de su reinado.
Y esta vez, estamos aquí para reclamar lo que nos corresponde por derecho.
SashaEl olor del polvo, de los viejos muebles de madera, del acero frío. El silencio es opresivo, pesado con promesas de violencia y retribución. Nuestros pasos resuenan en la sombra, cada movimiento calculado, cada respiración contenida. La escena se ha congelado, el tiempo mismo parece suspendido. Este momento es nuestro, el que hemos esperado, preparado, y sin embargo, es difícil no sentir la adrenalina desgarrar nuestras venas.Los pasillos del edificio son estrechos, casi claustrofóbicos. Las paredes están cubiertas de retratos en blanco y negro, que representan rostros severos, congelados en el tiempo. Recuerdos del pasado, hombres que han construido este imperio de sangre y poder. Son ellos quienes han alimentado la guerra entre nuestros pueblos, creando grietas profundas, cicatrices que aún llevamos hoy.Dante camina al frente, su mirada aguda atravesando la oscuridad como un depredador en busca de su presa. A su lado, Adrian, tan silencioso como un espectro, con apariencia d
Capítulo 1 - La noche de los depredadoresSashaLa noche huele a ceniza y a sangre.Avanzo por los callejones oscuros de la ciudad, con el olor a humedad pegado a mi piel. Mi corazón late con un ritmo frenético, no por miedo, sino por ira. Esta noche, mi padre quiso sellar mi destino con un anillo y una alianza que no me pertenece.—Tienes que pensar en la manada, Sasha.—Un alfa no elige a su pareja por amor, sino por deber.Sus palabras siguen resonando en mi mente, quemando mi alma más intensamente que las llamas de una guerra. La manada Morvan ha reinado sobre esta ciudad durante décadas, imponiendo su ley a otros clanes, a los humanos, a todos los que se atreven a oponerse. Y yo, como hija del alfa, supuestamente debo perpetuar esa supremacía. Se espera que me case con un hombre al que no amo, que tenga sus hijos, que fortalezca alianzas sometiéndome a tradiciones que ya no significan nada para mí.Pero no soy una moneda de cambio. No soy una princesa vendida por el bien de un im
Capítulo 2 – Pacto de Sangre y LunaSashaHay algo en él que me atrae. No es solo su aura, ni la emoción del peligro que representa. Es algo más profundo. Más antiguo. Un eco que no comprendo, pero que no puedo ignorar.—¿Tienes un deseo suicida, vampiro? —pregunto con voz tranquila, aunque cargada de advertencia.Se ríe. Un sonido grave y dulce que se desliza por mi piel como una promesa prohibida.—Si ese fuera el caso, no arruinaría mi última noche con una lobita como tú.Maldito arrogante.—Alvero, ¿qué haces aquí? —respondo con los ojos entrecerrados.No contesta de inmediato. Se incorpora con una gracia sobrenatural, alejándose del muro con movimientos lentos y elegantes. Se acerca lo suficiente como para que pueda ver el brillo hipnótico de sus ojos.—Tal vez tenía curiosidad —dice al fin, con un tono casual—. O tal vez me gusta observar a los lobos que no parecen cómodos con su propia piel.Sus palabras me golpean. Demasiado acertadas. Mi rostro permanece impasible, pero por d
Capítulo 3 – Entre sangre y fuegoSashaDante Moretti no es solo un lobo. Es uno de los secuaces más temidos de mi padre, su brazo derecho en los asuntos más oscuros. También es mi futuro esposo… al menos si mi padre consigue lo que quiere.Dante es todo lo que un alfa debe ser: fuerte, despiadado, obediente. Nunca cuestiona las órdenes. Nunca duda.Pero esta noche, en su mirada veo algo más. Algo más oscuro.Celos.—Sasha —dijo con un tono bajo, contenido.Me obligo a mantener el rostro neutro, aunque ya sé que esta reunión va a acabar mal.—¿Qué haces aquí, Dante?Su mirada se detiene en Adrián un segundo demasiado largo antes de volver a mí.—Debería hacerte la misma pregunta. Aunque yo no tengo nada que esconder.Su voz corta como una cuchilla. ¿Qué cree? ¿Que me estoy revolcando con un vampiro en un callejón oscuro?... Mierda.Es exactamente lo que parece.—No es lo que piensas —empiezo a decir.—¿Ah, no? —Se acerca, y puedo sentir su energía vibrar contra mi piel—. Entonces exp
Capítulo 4 – Juegos de poder y deseos inadecuadosSashaDebería irme.Debería darme la vuelta, marcharme a casa y olvidar todo esto.Pero no me muevo.La mirada de Adrián me atrapa, penetrante, insondable. No hace ningún gesto brusco, pero su mera presencia llena el espacio, como si pudiera envolverlo todo con la noche.—Estás muy callada, Louve.Su tono se burla, pero hay algo más detrás de sus palabras. Una curiosidad real.—Y tú, en cambio, eres invasivo, vampiro.Dibuja una sonrisa lenta, calculada.—Ya me lo han dicho.Da un paso hacia mí. Instintivamente retrocedo. Mal reflejo. Su sonrisa se amplía, depredadora.—¿Me tienes miedo, Sasha?Mi nombre resbala por su lengua como un susurro prohibido, y me afecta más de lo que debería.Enderezo mi postura.—Ni en lo más mínimo.—Miéntele otra vez y puedo probarlo.La diversión baila en sus ojos, pero sé que me está poniendo a prueba. Quiere ver hasta dónde estoy dispuesta a llegar, hasta qué punto soy capaz de enfrentar a alguien como
Capítulo 5 – Entre dos lucesSashaAdrián se da cuenta. Un destello de satisfacción cruza su mirada.Dante también lo ha visto.—Sasha...Su voz ha cambiado. Ya no está solo enfadado. Hay algo más, algo que me rompe aún más al escucharlo: una herida cruda.Aparto la mirada.—No es lo que piensas.Dante niega con la cabeza.—Entonces dime qué es.Permanezco en silencio.Porque no tengo una respuesta.Adrián se endereza, su expresión vuelve a la compostura habitual.—Fascinante, de verdad —dice, su mirada clavándose en Dante—. Pensaste que habías ganado, ¿verdad?—Lárgate, Adrián.—Con gusto —esboza una sonrisa irónica—. Pero volveré.Se vuelve hacia mí, y por un instante, su mirada se suaviza.—Porque tú quieres que vuelva.Luego se pierde entre las sombras.Me quedo congelada, con el corazón latiendo como si quisiera romperme por dentro.Dante no se mueve.Después de un instante que se siente eterno, susurra, con una voz apenas audible:—Dime que no es cierto.Pero no puedo.El aire e
Capítulo 6 – Al borde de la tentaciónSasha—No tienes que decirme lo que quiero, Dante.Su mandíbula se tensa, los músculos de su cuello se marcan con furia contenida.—¿Entonces es verdad? —su voz corta como una cuchilla—. ¿Eso es lo que quieres ahora?No respondo.Porque, en el fondo, no lo sé.Y esa incertidumbre es más peligrosa que cualquier mentira.Dante exhala con violencia, un rugido contenido que llena el aire. Da un paso atrás, y su ausencia repentina me deja helada.—He luchado por ti, Sasha. Me he desangrado por ti. ¿Y ahora dudas?Sus palabras me atraviesan, desgarrando lo poco que queda de mis defensas.—No es solo eso... —murmuro.—¿Entonces qué es?Su voz ya no lleva ira. Solo desesperación.Pero antes de que pueda abrirme, de que logre reunir las piezas rotas de mi corazón, un sonido irrumpe en la tensión.Un aplauso lento, cargado de sarcasmo.Giramos al mismo tiempo.Apoyado con indiferencia en el marco de la puerta, con una sonrisa burlona en los labios, está Adr
SashaNo debería dejarlo quedarse.Pero no me muevo.Adrian está justo frente a mí, tan cerca que siento la fría fascinación de su aura. Su mirada es intensa, ardiente de una emoción que no quiero nombrar.— ¿Por qué has venido? mi voz es baja, casi ronca.Su sonrisa se estira lentamente, una mezcla de provocación y promesa.— ¿Por qué crees?Da un paso hacia mí, y me contengo de retroceder. Sería mostrar debilidad, y frente a él, no puedo permitírmelo.— Estás jugando un juego peligroso, Adrian.— ¿Y tú, Sasha? Su voz es un susurro, una caricia helada sobre mi piel. ¿Crees que soy el único que corre riesgos aquí?Su dedo se desliza suavemente por debajo de mi mentón, obligándome a elevar la mirada hacia él. Su toque es ligero, casi irreal, pero siento su efecto como una quemadura.Debería empujarlo.Pero no lo hago.— Suéltame.— Mentira.Un aliento. Un destello de segundo donde veo en sus ojos un brillo peligroso, el de un hombre que ya ha ganado antes de que la pelea comience.Lueg