Sasha
El calor de la batalla aún está en mis venas. El sabor de la sangre, el olor metálico que impregna el aire, los ruidos sordos de los cuerpos golpeados, el caos a mi alrededor – todo esto se mezcla en una danza violenta que me empuja a ir siempre más lejos. Los vampiros caen uno a uno bajo la presión de nuestros ataques. Cada golpe asestado es un mensaje, una advertencia para aquellos que se atrevan a desafiar nuestro poder. Los lobos, por salvajes que sean, obedecen a un solo mandato, a un solo principio: sobrevivir y reinar.
Hago una pausa un momento, en un callejón sombrío del vestíbulo principal, para recuperar el aliento. Mis ojos buscan a Adrian en medio de los combates. Él está allí, implacable, una silueta sólida, inquebrantable, atravesando la noche con sus ojos de acero. La lucha está por todas partes a su alrededor, pero parece a gusto, como una bestia en medio de una tormenta.
Entonces me giro hacia Dante. Sus ojos no abandonan ni un instante la escena, calculando cada movimiento, observando cada reacción de los enemigos. No es un simple guerrero, sino un estratega de la sombra. Sabe que esta guerra es una cuestión de tiempo, de poder, de sutileza. Sabe que un error, un paso en falso, podría aniquilarlo todo.
Un grito de dolor estalla en mis oídos. Un vampiro se desploma a los pies de Adrian, su torso perforado por balas. El brillo de su espada resplandece, rojo de la sangre que se adhiere a ella. Él dirige su mirada hacia mí, un destello de orgullo en sus ojos. Entonces se une a mí, con un paso pesado pero seguro, su mano deslizándose sobre su arma como si fuera parte de él.
— ¿Estás bien, Sasha? —pregunta con voz calmada, casi desprovista de emoción, pero sé que está analizando cada detalle, cada sensación que yo transmito.
Asiento, una sonrisa débil pero decidida en mis labios. Esta batalla, este combate, es más que una simple victoria. Es una transformación. Un paso, un renacimiento en un mundo donde ya no tendremos que escondernos. Donde finalmente seremos lo que debemos ser. Lo que siempre hemos estado destinados a ser.
— Tenemos todo lo que necesitamos para ganar —le digo, con un tono casi meditativo—. Son demasiado débiles. Demasiado divididos.
Adrian asiente en silencio, pero sabe lo que pienso. Hemos tomado el control. Tenemos los recursos, la fuerza y la inteligencia para aplastar todo lo que se nos oponga. Y, sin embargo...
Una sombra negra se extiende de repente sobre la escena. Una silueta familiar. Un vampiro que creía muerto. Matteo.
Surge de las tinieblas, sus ojos brillantes de rabia, su cuerpo mutilado por los golpes que ha tenido que soportar. No es el mismo de antes. Ya no es ese hombre orgulloso y seguro de sí mismo. Se ha convertido en una bestia, un animal herido, dispuesto a todo para vengarse. Sus labios se estiran en un rictus de odio.
— ¿Creían haberme vencido, verdad? —gruñe, su voz áspera—. Pensaban que la fin había llegado para mí. Pero se han equivocado. El juego aún no ha terminado. Verán lo que es cuando la ira de un vampiro antiguo se desata.
Sus manos se agitan en el aire, y siento la energía oscura que emana de él, una fuerza pura, cruda, incontrolable. No está solo. Detrás de él, aparecen siluetas, aliados, criaturas que ha despertado, que ha corrompido. No son soldados de nuestra guerra. Son monstruos, aberraciones. Seres que no tienen nada que ver con la grandeza de un linaje. Su única razón de ser es la destrucción.
La lucha se reanuda con más fuerza. Pero esta vez, es diferente. Matteo ya no es un simple adversario. Es un símbolo. Una advertencia. Ha logrado resucitar algo aún más aterrador que la simple venganza: la esperanza de aquellos que ha corrompido, de aquellos que se han dejado arrastrar por su locura. Y en este instante, me parece que todo lo que hemos construido podría desmoronarse.
Me lanzo, la espada en mano, lista para enfrentar este regreso inesperado. Adrian y Dante se colocan a mi alrededor, listos para apoyar el asalto. Pero la lucha es diferente esta vez. Ya no son fuerzas organizadas las que se enfrentan. Son olas de oscuridad contra la luz, almas perdidas contra aquellas que han decidido no ceder a la oscuridad.
Me impulso, mis piernas bajando por la escena, mis garras golpeando a los vampiros a mi lado. Pero Matteo me ve venir. Me evalúa, se prepara para recibirme, y con un movimiento fluido, se desliza frente a mí, atrapándome en un agarre.
— ¿Realmente creías que no había previsto esta parte, verdad? —dice con una sonrisa maliciosa—. Todo lo que han hecho, todo lo que han tomado, lo borraré todo. Los destruiré a todos.
Sus palabras son un veneno, una promesa de infierno. Pero no cedo. No lo dejaré engullirnos. Me libero de su agarre, empujando una ola de energía pura a través de él, un destello de sombra y luz confrontándose en el aire, estallidos luminosos.
Detrás de mí, Adrian lucha con una eficacia glacial, cada golpe medido, preciso, sin dejar lugar a la piedad. Dante, por su parte, parece desconectado de la escena. Avanza en las sombras, más silencioso que nunca, su mirada afilada escrutando cada movimiento.
La lucha arde, pero siento que algo cambia. No es simplemente el fin de Matteo. No es simplemente la destrucción de sus fuerzas. Es más. Es el hecho de que hemos abierto una brecha en su poder. El hecho de que el antiguo mundo de la mafia y los vampiros se está desmoronando. Ya no tienen lugar aquí. Ya no tienen lugar en esta guerra.
Miro a Matteo caer bajo los golpes de Adrian, y, por primera vez, veo el miedo en sus ojos. El miedo de haber perdido. El miedo de ser reemplazado por una nueva era. Y es en ese preciso momento que entiendo que esta batalla es el fin de un ciclo. El comienzo de algo mucho más grande.
Vamos a reinar.
Y esta noche, todo lo que ha sido, todo lo que ha fracasado, será aniquilado.
SashaEl viento sopla suavemente sobre la ciudad, aliviando ligeramente la tensión que me aprieta. Las calles están silenciosas, sin embargo, siento la presión, pesada y constante. La batalla ha dejado huellas, y aunque hemos triunfado sobre Matteo, queda en nosotros una sensación de inseguridad, como si la sombra del pasado continuara persiguiéndonos. Aún no ha terminado. Lo sé. Dante y Adrian también lo saben. No hemos ganado, no realmente, hasta que la última resistencia no haya sido aplastada.Es hora de prepararse para la última etapa. La guerra no termina en un campo de batalla. Termina cuando se rompe el corazón mismo del enemigo. Cuando el alma del poder es aniquilada.Adrian está a mi lado, más tranquilo que nunca. Sus ojos, penetrantes, escrutan el horizonte, pero está ahí, cerca de mí, como siempre ha estado. No es el hombre que conocí, ese hombre distante y misterioso. Es el hombre con quien compartí el dolor, la intensidad, el amor. El hombre que se ha convertido en el al
SashaEl olor del polvo, de los viejos muebles de madera, del acero frío. El silencio es opresivo, pesado con promesas de violencia y retribución. Nuestros pasos resuenan en la sombra, cada movimiento calculado, cada respiración contenida. La escena se ha congelado, el tiempo mismo parece suspendido. Este momento es nuestro, el que hemos esperado, preparado, y sin embargo, es difícil no sentir la adrenalina desgarrar nuestras venas.Los pasillos del edificio son estrechos, casi claustrofóbicos. Las paredes están cubiertas de retratos en blanco y negro, que representan rostros severos, congelados en el tiempo. Recuerdos del pasado, hombres que han construido este imperio de sangre y poder. Son ellos quienes han alimentado la guerra entre nuestros pueblos, creando grietas profundas, cicatrices que aún llevamos hoy.Dante camina al frente, su mirada aguda atravesando la oscuridad como un depredador en busca de su presa. A su lado, Adrian, tan silencioso como un espectro, con apariencia d
Capítulo 1 - La noche de los depredadoresSashaLa noche huele a ceniza y a sangre.Avanzo por los callejones oscuros de la ciudad, con el olor a humedad pegado a mi piel. Mi corazón late con un ritmo frenético, no por miedo, sino por ira. Esta noche, mi padre quiso sellar mi destino con un anillo y una alianza que no me pertenece.—Tienes que pensar en la manada, Sasha.—Un alfa no elige a su pareja por amor, sino por deber.Sus palabras siguen resonando en mi mente, quemando mi alma más intensamente que las llamas de una guerra. La manada Morvan ha reinado sobre esta ciudad durante décadas, imponiendo su ley a otros clanes, a los humanos, a todos los que se atreven a oponerse. Y yo, como hija del alfa, supuestamente debo perpetuar esa supremacía. Se espera que me case con un hombre al que no amo, que tenga sus hijos, que fortalezca alianzas sometiéndome a tradiciones que ya no significan nada para mí.Pero no soy una moneda de cambio. No soy una princesa vendida por el bien de un im
Capítulo 2 – Pacto de Sangre y LunaSashaHay algo en él que me atrae. No es solo su aura, ni la emoción del peligro que representa. Es algo más profundo. Más antiguo. Un eco que no comprendo, pero que no puedo ignorar.—¿Tienes un deseo suicida, vampiro? —pregunto con voz tranquila, aunque cargada de advertencia.Se ríe. Un sonido grave y dulce que se desliza por mi piel como una promesa prohibida.—Si ese fuera el caso, no arruinaría mi última noche con una lobita como tú.Maldito arrogante.—Alvero, ¿qué haces aquí? —respondo con los ojos entrecerrados.No contesta de inmediato. Se incorpora con una gracia sobrenatural, alejándose del muro con movimientos lentos y elegantes. Se acerca lo suficiente como para que pueda ver el brillo hipnótico de sus ojos.—Tal vez tenía curiosidad —dice al fin, con un tono casual—. O tal vez me gusta observar a los lobos que no parecen cómodos con su propia piel.Sus palabras me golpean. Demasiado acertadas. Mi rostro permanece impasible, pero por d
Capítulo 3 – Entre sangre y fuegoSashaDante Moretti no es solo un lobo. Es uno de los secuaces más temidos de mi padre, su brazo derecho en los asuntos más oscuros. También es mi futuro esposo… al menos si mi padre consigue lo que quiere.Dante es todo lo que un alfa debe ser: fuerte, despiadado, obediente. Nunca cuestiona las órdenes. Nunca duda.Pero esta noche, en su mirada veo algo más. Algo más oscuro.Celos.—Sasha —dijo con un tono bajo, contenido.Me obligo a mantener el rostro neutro, aunque ya sé que esta reunión va a acabar mal.—¿Qué haces aquí, Dante?Su mirada se detiene en Adrián un segundo demasiado largo antes de volver a mí.—Debería hacerte la misma pregunta. Aunque yo no tengo nada que esconder.Su voz corta como una cuchilla. ¿Qué cree? ¿Que me estoy revolcando con un vampiro en un callejón oscuro?... Mierda.Es exactamente lo que parece.—No es lo que piensas —empiezo a decir.—¿Ah, no? —Se acerca, y puedo sentir su energía vibrar contra mi piel—. Entonces exp
Capítulo 4 – Juegos de poder y deseos inadecuadosSashaDebería irme.Debería darme la vuelta, marcharme a casa y olvidar todo esto.Pero no me muevo.La mirada de Adrián me atrapa, penetrante, insondable. No hace ningún gesto brusco, pero su mera presencia llena el espacio, como si pudiera envolverlo todo con la noche.—Estás muy callada, Louve.Su tono se burla, pero hay algo más detrás de sus palabras. Una curiosidad real.—Y tú, en cambio, eres invasivo, vampiro.Dibuja una sonrisa lenta, calculada.—Ya me lo han dicho.Da un paso hacia mí. Instintivamente retrocedo. Mal reflejo. Su sonrisa se amplía, depredadora.—¿Me tienes miedo, Sasha?Mi nombre resbala por su lengua como un susurro prohibido, y me afecta más de lo que debería.Enderezo mi postura.—Ni en lo más mínimo.—Miéntele otra vez y puedo probarlo.La diversión baila en sus ojos, pero sé que me está poniendo a prueba. Quiere ver hasta dónde estoy dispuesta a llegar, hasta qué punto soy capaz de enfrentar a alguien como
Capítulo 5 – Entre dos lucesSashaAdrián se da cuenta. Un destello de satisfacción cruza su mirada.Dante también lo ha visto.—Sasha...Su voz ha cambiado. Ya no está solo enfadado. Hay algo más, algo que me rompe aún más al escucharlo: una herida cruda.Aparto la mirada.—No es lo que piensas.Dante niega con la cabeza.—Entonces dime qué es.Permanezco en silencio.Porque no tengo una respuesta.Adrián se endereza, su expresión vuelve a la compostura habitual.—Fascinante, de verdad —dice, su mirada clavándose en Dante—. Pensaste que habías ganado, ¿verdad?—Lárgate, Adrián.—Con gusto —esboza una sonrisa irónica—. Pero volveré.Se vuelve hacia mí, y por un instante, su mirada se suaviza.—Porque tú quieres que vuelva.Luego se pierde entre las sombras.Me quedo congelada, con el corazón latiendo como si quisiera romperme por dentro.Dante no se mueve.Después de un instante que se siente eterno, susurra, con una voz apenas audible:—Dime que no es cierto.Pero no puedo.El aire e
Capítulo 6 – Al borde de la tentaciónSasha—No tienes que decirme lo que quiero, Dante.Su mandíbula se tensa, los músculos de su cuello se marcan con furia contenida.—¿Entonces es verdad? —su voz corta como una cuchilla—. ¿Eso es lo que quieres ahora?No respondo.Porque, en el fondo, no lo sé.Y esa incertidumbre es más peligrosa que cualquier mentira.Dante exhala con violencia, un rugido contenido que llena el aire. Da un paso atrás, y su ausencia repentina me deja helada.—He luchado por ti, Sasha. Me he desangrado por ti. ¿Y ahora dudas?Sus palabras me atraviesan, desgarrando lo poco que queda de mis defensas.—No es solo eso... —murmuro.—¿Entonces qué es?Su voz ya no lleva ira. Solo desesperación.Pero antes de que pueda abrirme, de que logre reunir las piezas rotas de mi corazón, un sonido irrumpe en la tensión.Un aplauso lento, cargado de sarcasmo.Giramos al mismo tiempo.Apoyado con indiferencia en el marco de la puerta, con una sonrisa burlona en los labios, está Adr