Dante
— Mierda, son rápidos, murmuro, metiendo la marcha.
Sasha se gira, arma en mano, disparando de regreso a través de la ventana abierta.
Adrian, sin embargo, mira hacia adelante, su expresión fría e inescrutable.
— ¿Cuánto tiempo de ventaja tenemos? pregunto.
— No suficiente.
Saca su teléfono y marca un número.
— Activa el Plan B.
Lo miro de reojo.
— ¿Estás seguro?
— No veo otra opción.
Cuelga sin esperar una respuesta.
Sasha frunce el ceño.
— ¿Cuál es el Plan B?
Adrian la mira, y veo la respuesta en su mirada antes de que hable.
— Guerra.
Mierda.
— ¿De verdad quieres llegar tan lejos? pregunto.
— Ya no tenemos elección, responde fríamente.
Echó un vistazo a Sasha.
Ella no habla.
Pero sus dedos están firmes alrededor de su arma.
Y en sus ojos, hay un destello que nunca he visto antes.
El destello de una mujer lista para luchar hasta el amargo final.
Sasha
El olor a sangre y pólvora invade el habitáculo. El coche corta la noche a una velocidad loca, pero no es lo suficientemente rá