Sasha
Se detiene frente a una puerta de madera maciza y la abre sin una palabra. El interior está sumido en la penumbra, pero percibo la presencia de varias personas. Vampiros. Su olor es más sutil que el de los lobos, pero igualmente depredador. Adrian se coloca ligeramente detrás de mí, un gesto calculado para obligarme a entrar primero. Lo fulmino con la mirada antes de cruzar el umbral.
La habitación es grande, adornada con alfombras oscuras y candelabros que proyectan una luz titilante sobre rostros congelados en una espera silenciosa. Siento su mirada pesando sobre mí, escrutando cada detalle, cada movimiento. Un solo paso en falso y me convertiré en su presa.
— Sasha Morvan, murmura una voz femenina a mi derecha.
Me giro lentamente. Una mujer está sentada en un sillón de terciopelo negro, con las piernas cruzadas con una elegancia fría. Su cabello castaño enmarca un rostro de rasgos finos, y sus ojos brillan con una inteligencia aguda.
— ¿Quién eres?
— Lysandra, responde ella i