Sasha
Creí que mi corazón iba a estallar.
Miré a Adrian irse sin una palabra más.
Sin una mirada hacia atrás.
Un vacío inmenso se abrió en mí.
Dante puso una mano en mi brazo, su abrazo posesivo.
— No te merecía, murmuró.
Levanté la cabeza hacia él.
Y lo que vi me paralizó.
No era amor.
Era victoria.
Dante nunca había querido mi corazón.
Solo el placer de poseerme.
Retrocedí bruscamente, arrancando mi brazo de su agarre.
— No.
Su sonrisa desapareció.
— ¿Qué?
Tomé una profunda respiración.
— Nunca he sido un trofeo.
Frunció el ceño.
— Sasha…
— ¿Me amas, Dante? le pregunté, con la voz temblorosa.
Abrió la boca.
Pero esta vez, fue él quien permaneció en silencio.
Mi corazón se apretó aún más.
Finalmente tenía mi respuesta.
Dediqué un paso hacia atrás.
Luego otro.
Y finalmente, corrí.
Lejos de Dante.
Lejos de ese almacén en llamas.
Lejos de todo.
La noche era helada.
Corría sin aliento, mis piernas llevándome a través de las calles desiertas de la ciudad. El fuego del almacén se alejaba d