RODRIGO
—¿Puedes dejar tu histeria?— le digo sosteniendo sus brazos— todo tiene que estar bien. ¿Que hacía Klug aquí?.
Pregunto viendo que Gabriela está histérica, no precisamente porque grita si no porque solo repite que ellos lo saben, creo saber más o menos por donde va su miedo, yo mismo estoy sorprendido de que el tipo y hasta la mujer estén por aquí, sin embargo no puedo ponerme a temblar por todo pero ella sí y ya no se si ahogarla o abrazarla, los ojos verdes y grandes se notan desesperados y la mirada de la gente me incomoda porque ella está temblando y yo me alteró como siempre.
—Pobre mujer— escucho que dice una tipa— seguro el la engaña— comenta otra y no soporto a los metiches— es tan guapo como cruel los hombres son malos.
—¡Ven aquí!.
Tomo su mano haciendo que me abrace con fuerza, intentando indagar en que fue exactamente lo que pasó, pidiendo calma pero lo que más hace es llorar sin dejar de repetir que ya lo saben.
—Gabriela ya, la venta va a pensar que te estoy