Delante de Tamara se encuentra una mujer con gran contraste entre su rostro y el dinero que ostenta al vestir. Una cabellera que por el contrario le recordó a Tamara las flores de cerezo en plena floración, no es rojo es como el color de la floración cuando nacen en su capullo. Es hermoso. Y ese iris terroso, fogosa lleno de emociones; fuertes pero triste, incluso sus labios rosados partidos eran un reflejo de la preocupación.
Tamara negó con la cabeza, pensando en lo gracioso de despertar en lugares desconocidos con gente extraña, lo cual, se está haciendo costumbre.
Lo único que la alivia es que sabía que no ha salido de la Cárcel Rusa.
La incógnita es la extraña mujer que intenta hablar con Tamara. Es evidente que la mujer sabe que ella es una mujer. ¿Por qué no la expulsó? A menos que... ¿Sería una de las personas que la enviaron a esa cárcel? ¿Venían a ayudarla?
Imposible, fue enviada a ese infierno a morir.
No quería nada de ésto.
"Quiero escapar"
Ignorando el dolor en