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—¡Ryan, lo lograste ! ¡Eso estuvo realmente bien ! ¿Cómo te sientes ?

—Increíble. Muchas gracias, Lex. Todavía estaría ahí parado sin tu ayuda.

Se inclina y me da un beso en la mejilla. Escuchamos un gruñido, y Ryan se ríe. Beck trota hacia nosotros, acariciando el cuello de Atlas.

—Buen trabajo, hermanito, pero las patas fuera de mi chica —dice, chocando los puños con Ryan.

Ryan ríe y asiente, saliendo del círculo. Los chicos lo aplauden y le dan palmaditas en la espalda, todos giran para ver a Beck galopar unas vueltas más. Se mueve con tanta gracia y ligereza por el círculo. Toma una curva y detiene a Atlas junto a mí. Salta y se acerca.

—Eso fue increíble, princesa. Gracias. No sabes cuánto significa para mí —murmura y besa mis labios.

Me sonrojo y él continúa :

—Vas a ser una gran Luna, ya lo puedo ver.

Me sonrojo otra vez y paso mis brazos por su cuello. Se ríe y se inclina, besando mi sien. Pronto escuchamos las bromas de los chicos y Beck ríe.

—Tengo una sorpresa para ti.

Lo miro, confundida. Sin decir una palabra más, me levanta y me sienta en la silla de montar. Lo miro sorprendida, antes de que una gran sonrisa se extienda por mi rostro.

—No te emociones demasiado, solo vamos a caminar unas vueltas y yo voy a guiarte, ¿vale ?

Asiento con entusiasmo y murmura suavemente :

—Vamos, tranquilo, chico.

Me siento tan cómoda y relajada en la silla que no puedo evitar reírme de mí misma. Beck se ríe por mi diversión, pero muy pronto nuestras vueltas terminan. Empiezo a desmontar.

—Eh, eh, ¿a dónde vas ?

Beck se gira para mirarme, una sonrisa traviesa en su boca.

—¿Eh ? ¿Bajarme ?

—No tan rápido, amor.

Pone un pie en el estribo y se sube detrás de mí en la silla. Rodea mi cintura con un brazo y toma las riendas con la otra mano. Le da una señal a Atlas para pasar al trote y luego al galope. Está guiando a Atlas directamente hacia la cerca del círculo.

—Beck, ¿qué estás— ?

De repente, Beck hace que Atlas salte la cerca. Estoy riéndome y Beck aprieta su agarre en mi cintura. Nada se siente mejor que estar en un caballo en los brazos de mi compañero. Detiene a Atlas junto a los chicos, que están todos sonriendo.

—Presumido —murmura Damian, y Beck suelta una fuerte carcajada.

Salta al suelo y luego me ayuda a bajar de la silla.

—Gracias, Beck. Eso fue increíble —le susurro, poniéndome de puntillas para llegar a su oído.

—Cualquier cosa por ti, princesa —responde con un guiño.

Morgan sale del establo y toma las riendas de Atlas, llevándoselo.

—¿Quién tiene hambre de desayuno ?

Todos los chicos empiezan a gritar.

—Está bien, está bien, animales, vamos.

Beck me toma en brazos y sale corriendo.

—¡El último en llegar a la casa tiene que hacer el desayuno !

Naturalmente, siendo el Alfa, Beck es el más rápido, y llegamos a la casa primero a pesar de mi peso extra. Los chicos llegan uno por uno, con Hunter siendo el último. Gime y baja la cabeza.

—Hmm, ¿qué quieres para el desayuno, amor ? —pregunta Beck mirándome desde arriba.

Estamos todos sentados en la mesa del desayuno, mientras Hunter está en la cocina mirándonos con furia. Traté de sentarme en el asiento junto a Beck, pero él me arrastró para que me sentara en su regazo.

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