Narrado por Anya
El aire estaba cargado de tensión y un frío mordiente parecía filtrarse por cada rendija del bosque. Aiden y yo seguimos avanzando en silencio, nuestras pisadas resonando levemente en el terreno húmedo. La magia se sentía más fuerte ahora, como si el bosque estuviera vivo y observándonos.
No podía quitarme de la cabeza lo que Aiden había dicho antes. Sus palabras seguían girando en mi mente, arrancándome de mis propios pensamientos estratégicos y llevándome de vuelta a ese muro invisible que habíamos levantado entre nosotros.
—Aquí es —dijo Aiden de repente, deteniéndose.
Miré alrededor. Habíamos llegado a un claro donde los árboles parecían retroceder, dejando un espacio abierto bajo el cielo ahora oscuro. El aire aquí era diferente, más denso, cargado de energía.
—La magia es más fuerte en este punto —añadió.
Cerré los ojos por un momento, dejando que mi propia percepción tomara el control. Sentí un hormigueo en la piel, un indicio claro de que algo poderoso estaba