Que chocaran contra el poste sobre la acera no había sido el plan, sin embargo, tuvieron que enfrentarse a ese gran choque el cual le produjo un leve corte a Emma a un lado de la frente.
―¡Emma! ¿Estás bien? ―Féodal que estaba a su lado la había tomado del rostro altamente preocupado. La chica siseaba mientras se llevaba la mano a la cabeza.
Antes de que pudieran hacer nada, los tipos que los seguían y les habían dado por detrás se habían bajado del auto y estaban abriendo sus puertas, especialmente la del lado donde se sentaba ella.
―Hola princesa, a que también te esperabas este momento―decía el ex guardaespaldas con una sonrisa maliciosa en el rostro.
―¡No la toquen! ―decía Féodal quitándose rápido el cinturón para poder protegerla.
A causa del golpe y el mareo, Emma perdió control de sí misma y se quedó inconsciente.
Cuando se despertó, se encontraba tendida en la camilla de un hospital mientras estaba siendo atendida por un médico.
―¡Emma, estás despierta! ―Féodal que se encontra